Desde la ventana de un casucho viejo.
abierto en verano, cerrado en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientras la costura mezcla con el rezo
ve todas las tardes pasar en cilecio
los seminaristas que van de paseo.
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